About Me
Me llamo Marga, tengo treinta y tantos y soy de Barcelona.
Es difícil escribir sobre mí, así que decidí preguntarle a mi hija mayor de 7 años y ella simplemente me dijo: “mamá, eres rarita”.
Voy a intentar explicar un poco esta escueta y minimalista opinión que mi hija tiene de mí:
Soy una apasionada de la playa en invierno y no la piso en verano, me gusta disfrutar de un buen capuccino y de ponerle canela a todo lo que sea posible.
Me encanta caminar bajo la lluvia mientras veo a la gente correr y ese olor tan característico que deja a su paso.
Me fascina ver los clásicos en blanco y negro y no perdono la salida con amigas a ver el estreno romántico de la temporada, sí esa típica película que tu pareja acceder a ver a regañadientes y que tienes que compensarle tragándote alguna en la que el planeta tierra está en peligro y algún americano musculoso nos salvará.
Nunca recuerdo la fecha de un cumpleaños y siempre me olvido de apuntarlos.
Ahhh y también me gusta la fotografía! Desde siempre me he ido con la cámara a cuestas, me apasiona la expresión de emoción de la gente y verla reflejada en una fotografía, quizás esa búsqueda de emociones en gente ajena me llevó a estudiar la carrera de psicología.
Qué mejor que fotografiar bodas para captar todas esas emociones, ¿puede haber un día más intenso, emocionalmente hablando, que el día de tu boda?.
Pues siguiendo el hilo conductor del amor, el amor romántico por una pareja nos lleva al amor por los hijos. Me encanta fotografiar niñ@s, esa espontaneidad combinada con un punto de locura e inocencia. Esa es otra de mis debilidades desde que dos “locos bajitos” (como decía Serrat) aparecieron en mi vida.
Disfruto viendo la cara de los padres mientra fotografío a sus peques y mejor aún cuando les entrego el resultado.
Tengo la suerte de tener un trabajo con el que la gente con la que he trabajado me recordará por un momento feliz, por haberme dejado captar un instante de sus vidas y que quedará para siempre. A tod@s ell@s gracias por confiar en mi.
Sin duda soy una afortunada.
Me llamo Marga, tengo treinta y tantos y soy de Barcelona.
Es difícil escribir sobre mí, así que decidí preguntarle a mi hija mayor de 7 años y ella simplemente me dijo: “mamá, eres rarita”.
Voy a intentar explicar un poco esta escueta y minimalista opinión que mi hija tiene de mí:
Soy una apasionada de la playa en invierno y no la piso en verano, me gusta disfrutar de un buen capuccino y de ponerle canela a todo lo que sea posible.
Me encanta caminar bajo la lluvia mientras veo a la gente correr y ese olor tan característico que deja a su paso.
Me fascina ver los clásicos en blanco y negro y no perdono la salida con amigas a ver el estreno romántico de la temporada, sí esa típica película que tu pareja acceder a ver a regañadientes y que tienes que compensarle tragándote alguna en la que el planeta tierra está en peligro y algún americano musculoso nos salvará.
Nunca recuerdo la fecha de un cumpleaños y siempre me olvido de apuntarlos.
Ahhh y también me gusta la fotografía! Desde siempre me he ido con la cámara a cuestas, me apasiona la expresión de emoción de la gente y verla reflejada en una fotografía, quizás esa búsqueda de emociones en gente ajena me llevó a estudiar la carrera de psicología.
Qué mejor que fotografiar bodas para captar todas esas emociones, ¿puede haber un día más intenso, emocionalmente hablando, que el día de tu boda?.
Pues siguiendo el hilo conductor del amor, el amor romántico por una pareja nos lleva al amor por los hijos. Me encanta fotografiar niñ@s, esa espontaneidad combinada con un punto de locura e inocencia. Esa es otra de mis debilidades desde que dos “locos bajitos” (como decía Serrat) aparecieron en mi vida.
Disfruto viendo la cara de los padres mientra fotografío a sus peques y mejor aún cuando les entrego el resultado.
Tengo la suerte de tener un trabajo con el que la gente con la que he trabajado me recordará por un momento feliz, por haberme dejado captar un instante de sus vidas y que quedará para siempre. A tod@s ell@s gracias por confiar en mi.
Sin duda soy una afortunada.
© Marga Martí Photography